/ martes 20 de febrero de 2024

El G20 y la crisis del multilateralismo

Esta semana se llevará a cabo la reunión ministerial del G20 en Río de Janeiro, Brasil, quien es, por cierto, el país que en este año preside los trabajos de dicho grupo. De hecho, todos los trabajos a realizarse por parte del grupo se llevarán a cabo en distintas ciudades de la nación amazónica a lo largo del año, teniendo como la más importante la -Cumbre- de Presidentes y Jefes de Estado en noviembre, en Río de Janeiro también, lo cual significa la conclusión de todas las reuniones llevadas a cabo alrededor de los temas más importantes a nivel G20.

Es importante recordar que en este grupo participan naciones que representan a los cinco continentes: Brasil, Argentina, Canadá, Estados Unidos y México de América; Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y la Unión Europea de Europa; Arabia Saudita, China, Corea del Sur, India, Indonesia, Japón, Rusia, Turquía de Asia; Australia de Oceanía y; Sudáfrica y la Unión Africana de África. Además, existen naciones y organismos internacionales invitados que coadyuvan en los trabajos del grupo, tales como Angola, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, España, Nigeria, Noruega, Portugal y Singapur, además del BID, BIRD, CAF, FAO, FMI, OIT, OMC, OMS, ONU, UNCTAD y UNESCO.

Entonces, a primera vista podríamos pensar que este foro multilateral que inició sus trabajos en noviembre de 2008 en Washington D.C. con el objetivo de responder a la crisis financiera ocurrida en el mismo año, puede ser fundamental para el devenir del planeta, empero, la realidad dista mucho de ello pues, aunque parece que las naciones más industrializadas del orbe son las que pertenecen a este selecto grupo, existe una crisis actual del multilateralismo que no fortalece -en la actualidad- la teoría de que esta idea de cooperación sea benéfica para todos en el planeta, debido a que le hace falta incluir a nuevas esferas y contextos que son relevantes en el acontecer diario de los Estados.

Resulta que en un mundo en el que los cambios geopolíticos son trascendentales y muy variados, se pudiera pensar que la presidencia brasileña de este grupo puede ser el inicio de una resurrección de naciones que han sido olvidadas sistemáticamente por las grandes potencias y que ahora son fundamentales para el día a día del planeta: me refiero a los Estados y naciones del llamado Sur Global. Cabe mencionar que la mayoría de ellos no participan del G20 y que los que sí lo hacen no son tomados en cuenta como referentes por los países hegemónicos.

Sin embargo, el hecho de que Brasil presida el grupo trasciende las fronteras existentes más allá del grupo y opta por una cooperación internacional con mayor inclusión, hechos que se reflejan en atender cuestiones trascendentales y urgentes del ámbito global que tienen que ver con desarrollo, cambio climático, deuda externa y multilateralismo.

A pesar de ello, quiero recordar que los eventos sistémicos ocurridos a lo largo del siglo XXI han orillado a las naciones hegemónicas a reevaluar el posicionamiento del poder a nivel internacional, pues luego del atentado a las torres gemelas y el Capitolio en los Estados Unidos en septiembre de 2001, esta nación tomó el poder como Estado sobresaliente y el mundo atendió a sus intenciones, como el caso de la OTAN sumándose a las invasiones de Afganistán e Irak.

Luego, cuando la creación del G20 a partir de la crisis financiera de 2008, los Estados Unidos llamaron, desde su concentración del poder, a un nuevo orden mundial que trajo consigo al multilateralismo, mismo que es retomado como prioridad en la presidencia brasileña de este año en el G20. El asuntó radicó en que los Estados Unidos optaron por consultar a otros Estados y Organismos Internacionales para que juntos salieran adelante de la crisis económica; sin embargo, el multilateralismo no ha logrado los efectos esperados por las naciones hegemónicas, pues los Estados del Sur Global han tomado relevancia significativa en el orden internacional, situación que ha resaltado con las presidencias continuas del G20 por parte de naciones no hegemónicas y sí del Sur Global.

Es más, el propio Acharya ha señalado que ahora hemos trascendido del multilateralismo a un “multiplex world” donde las naciones ya no basan su poder solamente en el ámbito militar y económico (como lo habían hecho los Estados Unidos, la Unión Europea o el G7), sino en su relaciones, sobre todo desde la perspectiva de nuevos actores que cada día son más relevantes como los casos de China o India, claro, sin dejar de fuera a Arabia Saudita, Corea del Sur, Indonesia, Japón, Rusia, Turquía, Australia, México o Brasil, quienes también forman parte del G20.

Es entonces que lo dicho estos días por el presidente brasileño, Lula Da Silva, cuando comentó: “sin países del Sur Global, no será posible un nuevo ciclo de expansión mundial” robustece profundamente su crítica al Estado de Israel por comparar el problema en Palestina con lo ocurrido en Europa con el nacismo y, aunque el propio Israel le declare persona non grata, la realidad es que lo dicho ahora por naciones del sur global coadyuvan a la idea de que el multilateralismo está en picada y que le quedan dos opciones: a) desaparecer, lo cual afectaría profundamente a los intereses de los más poderosos y b) permitir que los emergentes asuman posiciones de poder que en el pasado serían inimaginables, claro, con las consecuencias que esto podría traer, no tanto para los Estados Unidos, pero sí para aquellos que alguna vez fueron muy poderosos y ahora ya no lo son tanto.

Finalmente, la frase del G20 en este 2024 que dice “Construyendo un mundo justo y un planeta sustentable” se encuentra completamente ad hoc en esta crisis del multilateralismo que quiere ser recuperada para que foros como este, sigan siendo importantes y funcionales.


Fernando Abrego Camarrilo es Doctor en Ciencias Administrativas por el IPN. Profesor de telesecundaria en los SEIEM además de investigador y catedrático de tiempo completo en la academia de Bloques Regionales de la Escuela Superior de Comercio y Administración Unidad Santo Tomás en el IPN. Asociado COMEXI. Sígalo en @fabrecam


Esta semana se llevará a cabo la reunión ministerial del G20 en Río de Janeiro, Brasil, quien es, por cierto, el país que en este año preside los trabajos de dicho grupo. De hecho, todos los trabajos a realizarse por parte del grupo se llevarán a cabo en distintas ciudades de la nación amazónica a lo largo del año, teniendo como la más importante la -Cumbre- de Presidentes y Jefes de Estado en noviembre, en Río de Janeiro también, lo cual significa la conclusión de todas las reuniones llevadas a cabo alrededor de los temas más importantes a nivel G20.

Es importante recordar que en este grupo participan naciones que representan a los cinco continentes: Brasil, Argentina, Canadá, Estados Unidos y México de América; Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y la Unión Europea de Europa; Arabia Saudita, China, Corea del Sur, India, Indonesia, Japón, Rusia, Turquía de Asia; Australia de Oceanía y; Sudáfrica y la Unión Africana de África. Además, existen naciones y organismos internacionales invitados que coadyuvan en los trabajos del grupo, tales como Angola, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, España, Nigeria, Noruega, Portugal y Singapur, además del BID, BIRD, CAF, FAO, FMI, OIT, OMC, OMS, ONU, UNCTAD y UNESCO.

Entonces, a primera vista podríamos pensar que este foro multilateral que inició sus trabajos en noviembre de 2008 en Washington D.C. con el objetivo de responder a la crisis financiera ocurrida en el mismo año, puede ser fundamental para el devenir del planeta, empero, la realidad dista mucho de ello pues, aunque parece que las naciones más industrializadas del orbe son las que pertenecen a este selecto grupo, existe una crisis actual del multilateralismo que no fortalece -en la actualidad- la teoría de que esta idea de cooperación sea benéfica para todos en el planeta, debido a que le hace falta incluir a nuevas esferas y contextos que son relevantes en el acontecer diario de los Estados.

Resulta que en un mundo en el que los cambios geopolíticos son trascendentales y muy variados, se pudiera pensar que la presidencia brasileña de este grupo puede ser el inicio de una resurrección de naciones que han sido olvidadas sistemáticamente por las grandes potencias y que ahora son fundamentales para el día a día del planeta: me refiero a los Estados y naciones del llamado Sur Global. Cabe mencionar que la mayoría de ellos no participan del G20 y que los que sí lo hacen no son tomados en cuenta como referentes por los países hegemónicos.

Sin embargo, el hecho de que Brasil presida el grupo trasciende las fronteras existentes más allá del grupo y opta por una cooperación internacional con mayor inclusión, hechos que se reflejan en atender cuestiones trascendentales y urgentes del ámbito global que tienen que ver con desarrollo, cambio climático, deuda externa y multilateralismo.

A pesar de ello, quiero recordar que los eventos sistémicos ocurridos a lo largo del siglo XXI han orillado a las naciones hegemónicas a reevaluar el posicionamiento del poder a nivel internacional, pues luego del atentado a las torres gemelas y el Capitolio en los Estados Unidos en septiembre de 2001, esta nación tomó el poder como Estado sobresaliente y el mundo atendió a sus intenciones, como el caso de la OTAN sumándose a las invasiones de Afganistán e Irak.

Luego, cuando la creación del G20 a partir de la crisis financiera de 2008, los Estados Unidos llamaron, desde su concentración del poder, a un nuevo orden mundial que trajo consigo al multilateralismo, mismo que es retomado como prioridad en la presidencia brasileña de este año en el G20. El asuntó radicó en que los Estados Unidos optaron por consultar a otros Estados y Organismos Internacionales para que juntos salieran adelante de la crisis económica; sin embargo, el multilateralismo no ha logrado los efectos esperados por las naciones hegemónicas, pues los Estados del Sur Global han tomado relevancia significativa en el orden internacional, situación que ha resaltado con las presidencias continuas del G20 por parte de naciones no hegemónicas y sí del Sur Global.

Es más, el propio Acharya ha señalado que ahora hemos trascendido del multilateralismo a un “multiplex world” donde las naciones ya no basan su poder solamente en el ámbito militar y económico (como lo habían hecho los Estados Unidos, la Unión Europea o el G7), sino en su relaciones, sobre todo desde la perspectiva de nuevos actores que cada día son más relevantes como los casos de China o India, claro, sin dejar de fuera a Arabia Saudita, Corea del Sur, Indonesia, Japón, Rusia, Turquía, Australia, México o Brasil, quienes también forman parte del G20.

Es entonces que lo dicho estos días por el presidente brasileño, Lula Da Silva, cuando comentó: “sin países del Sur Global, no será posible un nuevo ciclo de expansión mundial” robustece profundamente su crítica al Estado de Israel por comparar el problema en Palestina con lo ocurrido en Europa con el nacismo y, aunque el propio Israel le declare persona non grata, la realidad es que lo dicho ahora por naciones del sur global coadyuvan a la idea de que el multilateralismo está en picada y que le quedan dos opciones: a) desaparecer, lo cual afectaría profundamente a los intereses de los más poderosos y b) permitir que los emergentes asuman posiciones de poder que en el pasado serían inimaginables, claro, con las consecuencias que esto podría traer, no tanto para los Estados Unidos, pero sí para aquellos que alguna vez fueron muy poderosos y ahora ya no lo son tanto.

Finalmente, la frase del G20 en este 2024 que dice “Construyendo un mundo justo y un planeta sustentable” se encuentra completamente ad hoc en esta crisis del multilateralismo que quiere ser recuperada para que foros como este, sigan siendo importantes y funcionales.


Fernando Abrego Camarrilo es Doctor en Ciencias Administrativas por el IPN. Profesor de telesecundaria en los SEIEM además de investigador y catedrático de tiempo completo en la academia de Bloques Regionales de la Escuela Superior de Comercio y Administración Unidad Santo Tomás en el IPN. Asociado COMEXI. Sígalo en @fabrecam