/ miércoles 25 de octubre de 2023

Animales, el otro duelo

Larga vida tuvo Bobi.

A sus 31 años y 165 días, el perro mastín del Alentejo falleció en su casa de la comunidad de Conqueiros, en Portugal.

"Este dulce chico ganó sus alas (y) aunque ha sobrepasado a todos los perros en la historia, sus 11 mil 478 días en la tierra nunca serán suficientes para aquellos que le quisieron”, escribió en sus redes la veterinaria Karen Becker, quien llegó a atender al perro más longevo del mundo, según la organización Guinness.

La muerte de un animal de compañía puede significar un dolor semejante al experimentado ante el fallecimiento de un familiar o una persona cercana, y requiere de un proceso de sanación.

Perros, gatos, pájaros, peces y otros seres sintientes se han convertido en parte fundamental de las familias. De acuerdo con el INEGI, en 7 de cada 10 hogares —unos 25 millones— hay animales de compañía. Incluso, el Gobierno del estado ha promovido una campaña de tenencia responsable, para evitar el maltrato y mejorar sus condiciones de vida en familia.

Para quienes no los han tenido, el duelo por la pérdida puede parecer exagerado, aunque llega a provocar en sus tenedores una tristeza profunda e incluso la necesidad de atención especializada.

Este año, de las contenciones emocionales ofrecidas en la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano, por la pérdida de un animal de compañía, el 35 por ciento está relacionada con tristeza.

El 19 por ciento es por desconsuelo, 8 por ciento por depresión y con el mismo porcentaje con pensamientos suicidas. Cinco por ciento son por sentimiento de culpa y 4 por ciento por soledad.

Como una forma de recordar a los seres sintientes fallecidos, cada 27 de octubre se conmemora en México el Día de Muertos para Mascotas, y aunque no es una efeméride oficial, es un buen momento para tener presente —regularmente con un altar o fotos de ellos— a quienes nos dieron alegría.

La esperanza de vida de un perro oscila entre los 13 y 16 años, aunque los buenos cuidados pueden prolongarla hasta 20.

Difícilmente habrá otros casos como el de Bobi, aunque la atención veterinaria adecuada, alimentación, espacio suficiente y convivencia incrementan las posibilidades.

Disfrutarles en vida para recordarles tras su muerte.

Larga vida tuvo Bobi.

A sus 31 años y 165 días, el perro mastín del Alentejo falleció en su casa de la comunidad de Conqueiros, en Portugal.

"Este dulce chico ganó sus alas (y) aunque ha sobrepasado a todos los perros en la historia, sus 11 mil 478 días en la tierra nunca serán suficientes para aquellos que le quisieron”, escribió en sus redes la veterinaria Karen Becker, quien llegó a atender al perro más longevo del mundo, según la organización Guinness.

La muerte de un animal de compañía puede significar un dolor semejante al experimentado ante el fallecimiento de un familiar o una persona cercana, y requiere de un proceso de sanación.

Perros, gatos, pájaros, peces y otros seres sintientes se han convertido en parte fundamental de las familias. De acuerdo con el INEGI, en 7 de cada 10 hogares —unos 25 millones— hay animales de compañía. Incluso, el Gobierno del estado ha promovido una campaña de tenencia responsable, para evitar el maltrato y mejorar sus condiciones de vida en familia.

Para quienes no los han tenido, el duelo por la pérdida puede parecer exagerado, aunque llega a provocar en sus tenedores una tristeza profunda e incluso la necesidad de atención especializada.

Este año, de las contenciones emocionales ofrecidas en la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano, por la pérdida de un animal de compañía, el 35 por ciento está relacionada con tristeza.

El 19 por ciento es por desconsuelo, 8 por ciento por depresión y con el mismo porcentaje con pensamientos suicidas. Cinco por ciento son por sentimiento de culpa y 4 por ciento por soledad.

Como una forma de recordar a los seres sintientes fallecidos, cada 27 de octubre se conmemora en México el Día de Muertos para Mascotas, y aunque no es una efeméride oficial, es un buen momento para tener presente —regularmente con un altar o fotos de ellos— a quienes nos dieron alegría.

La esperanza de vida de un perro oscila entre los 13 y 16 años, aunque los buenos cuidados pueden prolongarla hasta 20.

Difícilmente habrá otros casos como el de Bobi, aunque la atención veterinaria adecuada, alimentación, espacio suficiente y convivencia incrementan las posibilidades.

Disfrutarles en vida para recordarles tras su muerte.