Sin participación ciudadana la seguridad es más complicada. Así de simple y sencillo.
Aunque el bienestar patrimonial es responsabilidad del Estado a partir del control del aparato de seguridad y justicia, el acercamiento entre ciudadanía y gobernantes favorece el conocimiento de prácticas delictivas, así como la operación policial.
En su quehacer diario, resulta prácticamente imposible para un policía estar presente en el momento justo de la comisión de un delito, ya sea para impedirlo o detener al responsable.
Sin embargo, es factible conocer dónde, cómo, a qué hora se cometen los ilícitos y generar mecanismos de prevención y disuasión con la participación ciudadana.
La cultura cívica, de la prevención y denuncia son indispensables en la reducción de la incidencia delictiva. Los datos oficiales identifican en Morelos un aumento de 25 por ciento en delitos de alto impacto durante enero de este año con relación al mismo mes de 2023.
Un área de oportunidad para la coordinación entre autoridades municipales, estatales y federales, como la mostrada por el gobernador Cuauhtémoc Blanco a través de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz, que por ejemplo ha permitido profundizar el aseguramiento de madera decomisada en aserraderos clandestinos en Huitzilac, la zona limítrofe con la Ciudad de México.
Desde la ciudadanía hay disposición. En el Concierto por la Paz —donde estuvieron la Banda de Tlayacapan y la Orquesta Filarmónica del Estado de Morelos—, la red ciudadana M por Morelos entregó la Declaratoria de Paz a Margarita González Saravia, aspirante de Morena a la gubernatura.
Entre los 11 puntos propuestos resaltan la participación de la ciudadanía en las estrategias de seguridad. Algo posible en la medida que se fomenta la denuncia.
Así, la seguridad es música para los oídos.
Salvador Guerrero Chiprés
