Se dice que Atlatlahucan es la cuna de uno de los alimentos consentidos de los morelenses: el tlacoyo.
Ubicado en el oriente del estado, Atlatlahucan es considerado un municipio de usos y costumbres. De hecho, hasta la fecha los habitantes se rigen por sus tradiciones. La producción de cultivos como jitomate, pepino, calabaza y chile es su principal actividad económica desde hace varias décadas.
De acuerdo con Alma Delia Reyes Linares, alcaldesa de Atlatlahucan, hace muchos años las mujeres se enfrentaban a un peculiar problema cuando sus esposos se iban a trabajar al campo desde muy temprano.
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En aquel entonces no existía transporte público y las distancias eran demasiado largas para que las mujeres llevaran los alimentos a sus esposos hasta la zona donde cultivaban.
Por ello, desde muy temprano se levantaban para moler maíz y realizar una tortilla gruesa que rellenaban de frijol. Posteriormente las envolvían en trapos y las enviaban en canastas. Esta técnica funcionó, pues el alimento aguantaba el ritmo y la temperatura; se podía comer sin necesidad de cubiertos y satisfacía a los trabajadores.
Lo que ellas no sabían es que creaban el platillo típico del municipio, que la fecha lo consumen muchas personas no solo en Atlatlahucan, sino en muchos lugares más: el tlacoyo.
Mantiene viva la tradición
Eva Franco Martínez tiene 73 años y es cocinera tradicional. Es hija de Teófilo Franco, un popular y recordado carnicero del municipio, y de Eulalia Martínez, quien le enseñó a elaborar los tlacoyos desde muy pequeña, alimento que por años se consumió en su familia, y que transmitió a sus hijas y ahora a sus nietas.
Los fines de semana, Eva vende tlacoyos en su casa, y los lunes, en el gran tianguis del municipio.
En la familia de doña Eva la preparación de los tlacoyos ha pasado por cuatro generaciones y su familia, además de acudir algunas veces a exhibiciones gastronómicas, ha enviado los tlacoyos que prepara a diversos estados de la república e incluso a Estados Unidos.
¿Cómo es un tlacoyo original?
Actualmente existe una variedad de tlacoyos en Morelos, pero los tradicionales, según doña Eva, son de frijol crudo y se comen sin ningún ingrediente extra.
La forma de prepararlos, cuenta, es: primero moler el maíz para posteriormente hacer una masa.
Para el frijol, éste debe estar crudo completamente, ella recomienda el frijol coconita porque le da más sabor y textura. Se muele y posteriormente le agregas manteca, sal y agua tequesquite, y esa será la mezcla que se usará para el relleno.
Con la masa realizan una tortilla gruesa, alargada, que rellenan con la mezcla de frijol para después ponerla en la lumbre.
La mejor compañía
Aunque seguramente siempre eliges un refresco o agua de sabor para comer este manjar, la tradición dice que se debe acompañar con un buen champurrado de cacao, que todavía se vende en Atlatlahucan y se caracteriza por su sabor único.
Este champurrado tiene una consistencia espesa pero sabores característicos entre café y chocolate. ¡Buen provecho!
¡Pruébalos!
Actualmente hay tlacoyos de chales, garbanzo, alverjón, haba y papas, siendo estos los más populares.
Aunque pareciera un alimento muy común, la realidad es que en Atlatlahucan los tlacoyos se preparan en ocasiones especiales, como ferias y fiestas tradicionales.
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