/ martes 3 de agosto de 2021

La palabra, un camaleón en escena

El hombre, un ser dotado racionalmente, trae consigo una serie de órganos. Entre ellos, la lengua, cuyo miembro muscular móvil permite al ser humano expresar ideas, sensaciones o sentimientos. Recordemos que el lenguaje surge como parte de una necesidad del homo sapiens por su pensamiento abstracto. Después, el aparato fonador experimentó cambios que produjeron sonidos inteligibles como parte de micro-mutaciones, las cuales nos diferencian en nuestra condición humana.

En este artículo escribiré sobre planteamientos filosóficos, religiosos y científicos que profundizan sobre el origen de las palabras y el lenguaje. Y si bien hay numerosas hipótesis sobre cómo, por qué y dónde surgió el lenguaje, existe una relacionada al terreno divino. En donde supone que Dios al poner a disposición del hombre recursos naturales y una abundante flora y fauna, le obsequió la oportunidad de nombrar (denominar) a cada objeto que le rodease, a fin de dar una esencia a cada ente existente en la tierra.

Estamos hablando de una teoría netamente teológica, la cual admite la especial intervención de un Dios. Sin embargo, encontrando respaldo en la biología, según nuestra genética provenimos de una población relativamente pequeña en África.

No obstante, hay un creciente número de lingüistas, arqueólogos, psicólogos, antropólogos y otros profesionales que han equiparado nuevos métodos, y quienes consideran uno de los problemas más difíciles de la ciencia.

No existe alguna teoría que sea concluyente. Una de las más debatidas sostiene que el lenguaje en los seres humanos se originó primero a través de gestos manuales. Otros especialistas explican que es muy probable que el lenguaje gestual y el oral hayan estado juntos desde un principio.

Me quedo con la premisa de Morten Christiansen, profesor de Psicología en la Universidad de Cornell, Nueva York, Estados Unidos, quien afirma que para descubrir cómo se originó el lenguaje hay que comprender desde cómo funciona nuestro cerebro, cómo se estructura el lenguaje y hasta cómo interactúan el aprendizaje, la cultura y la evolución.

/// Un camaleón en escena ///

La palabra es un camaleón en escena. Posee en sí misma un color polisémico. Es una constante transformación de sentidos.

El lenguaje puede determinar un código que sólo conocen cierto grupo de personas. Permite el entendimiento. Es sinónimo de trascender en la historia. Quedando atrapado el sentido histórico en la cantidad de documentos y libros que hay sobre la materia, y que son la base para la consecuente expansión evolutiva que han alcanzado civilizaciones. Es el lenguaje, el que aporta un elemento magno a la evolución. Permite un acercamiento intelectual entre las sociedades, lo que trae como consecuencia un intercambio cultural entre la diversidad de razas humanas.

Es un enlace que puede establecerse entre la reflexión, Dios y uno mismo. Clasifica un estado de ánimo, alguna corriente de pensamiento, delimita una época o simplemente un cargo público. Es así cómo funcionan los signos creados por el hombre, cargados de sonidos y diseñados para marcar la existencia de los objetos que forman parte de la vida de un ser humano.

El lenguaje está construido de una cadena fonética que trasciende a través de su esencia, sus entrañas están diseminadas con carga espiritual.

Las palabras se proponen a los hombres para trascender en la vida mediante su pensamiento. El lenguaje es un incesante máquina que transforma y reconstruye una escena cargada de sentido; es él, (sentido) quien le brinda vida y luz a cada palabra que pronunciamos. Es la fuerza vital que resuena en el eco de nuestra razón.

El hombre, un ser dotado racionalmente, trae consigo una serie de órganos. Entre ellos, la lengua, cuyo miembro muscular móvil permite al ser humano expresar ideas, sensaciones o sentimientos. Recordemos que el lenguaje surge como parte de una necesidad del homo sapiens por su pensamiento abstracto. Después, el aparato fonador experimentó cambios que produjeron sonidos inteligibles como parte de micro-mutaciones, las cuales nos diferencian en nuestra condición humana.

En este artículo escribiré sobre planteamientos filosóficos, religiosos y científicos que profundizan sobre el origen de las palabras y el lenguaje. Y si bien hay numerosas hipótesis sobre cómo, por qué y dónde surgió el lenguaje, existe una relacionada al terreno divino. En donde supone que Dios al poner a disposición del hombre recursos naturales y una abundante flora y fauna, le obsequió la oportunidad de nombrar (denominar) a cada objeto que le rodease, a fin de dar una esencia a cada ente existente en la tierra.

Estamos hablando de una teoría netamente teológica, la cual admite la especial intervención de un Dios. Sin embargo, encontrando respaldo en la biología, según nuestra genética provenimos de una población relativamente pequeña en África.

No obstante, hay un creciente número de lingüistas, arqueólogos, psicólogos, antropólogos y otros profesionales que han equiparado nuevos métodos, y quienes consideran uno de los problemas más difíciles de la ciencia.

No existe alguna teoría que sea concluyente. Una de las más debatidas sostiene que el lenguaje en los seres humanos se originó primero a través de gestos manuales. Otros especialistas explican que es muy probable que el lenguaje gestual y el oral hayan estado juntos desde un principio.

Me quedo con la premisa de Morten Christiansen, profesor de Psicología en la Universidad de Cornell, Nueva York, Estados Unidos, quien afirma que para descubrir cómo se originó el lenguaje hay que comprender desde cómo funciona nuestro cerebro, cómo se estructura el lenguaje y hasta cómo interactúan el aprendizaje, la cultura y la evolución.

/// Un camaleón en escena ///

La palabra es un camaleón en escena. Posee en sí misma un color polisémico. Es una constante transformación de sentidos.

El lenguaje puede determinar un código que sólo conocen cierto grupo de personas. Permite el entendimiento. Es sinónimo de trascender en la historia. Quedando atrapado el sentido histórico en la cantidad de documentos y libros que hay sobre la materia, y que son la base para la consecuente expansión evolutiva que han alcanzado civilizaciones. Es el lenguaje, el que aporta un elemento magno a la evolución. Permite un acercamiento intelectual entre las sociedades, lo que trae como consecuencia un intercambio cultural entre la diversidad de razas humanas.

Es un enlace que puede establecerse entre la reflexión, Dios y uno mismo. Clasifica un estado de ánimo, alguna corriente de pensamiento, delimita una época o simplemente un cargo público. Es así cómo funcionan los signos creados por el hombre, cargados de sonidos y diseñados para marcar la existencia de los objetos que forman parte de la vida de un ser humano.

El lenguaje está construido de una cadena fonética que trasciende a través de su esencia, sus entrañas están diseminadas con carga espiritual.

Las palabras se proponen a los hombres para trascender en la vida mediante su pensamiento. El lenguaje es un incesante máquina que transforma y reconstruye una escena cargada de sentido; es él, (sentido) quien le brinda vida y luz a cada palabra que pronunciamos. Es la fuerza vital que resuena en el eco de nuestra razón.