/ martes 16 de noviembre de 2021

¿Qué piensan, quieren y esperan los jóvenes de hoy?

Somos la generación que creció sin conocer el miedo, un recurso humano importante dentro de la sociedad, que actúa como agente de cambio social, desarrollo y progreso. Salir del nido, acabar los estudios, encontrar trabajo, independizarse y convertirnos en esa persona que traspase la línea cada vez más delgada entre juventud y madurez, nunca había sido tan difícil.

Como jóvenes tenemos el reto de luchar por lograr que vivamos en un mundo justo. El machismo, la violencia de género, impulsar la inclusión laboral e igualdad de las personas así como el pleno desarrollo, son algunos de los desafíos pendientes en Morelos. Por lo anterior, desde nuestros espacios de acción, estudio o trabajo luchamos y sumamos a la búsqueda definitiva de sociedades de derechos para todos.

La gente joven es creativa, entusiasta y dinámica. Cuando se trata de hacer frente a los problemas relacionados con la paz y el desarrollo, la imaginación de los jóvenes aporta infinitas soluciones innovadoras. Sin embargo, la creciente desigualdad y las escasas perspectivas de una mejora en el campo laboral pueden crear una generación perdida de jóvenes que han caído en el desencanto porque enfrentan limitaciones debido a su falta de experiencia, sus expectativas sobre las exigencias y capacitación para el desarrollo de habilidades.

Morelos necesita cultivar una comunidad de jóvenes líderes que reconocen que en el mundo de hoy es necesario que todos seamos agentes de cambio, personas comprometidas en la construcción de un mejor estado, para mostrar lo que están haciendo y que sus historias sean inspiración para otros. Existen problemas que pueden parecer insalvables, como la falta de agua limpia y de una educación de calidad o las amenazas de violencia. Sin embargo, son los jóvenes quienes están buscando nuevas formas de hacer de sus comunidades lugares más seguros, más limpios y más sanos, logrando una repercusión positiva. Inspirar un cambio en medio de la discriminación, la violencia o exclusión y la resistencia es un desafío que evidencia la necesidad de formular medidas y políticas que los amparen y aborden las problemáticas que enfrentan en la vida cotidiana. Impulsemos un cambio interno y el desarrollo de aptitudes para promover la armonía en las comunidades de nuestro estado.

Es importante saber qué piensan, cómo están viviendo la crisis, qué esperan, qué piden y a qué están dispuestos. Se necesita contar con el apoyo de organizaciones, empresas y gobiernos que pongan en marcha este tipo de experiencias en las que los jóvenes participantes demuestren su capacidad y necesidad de asumir una responsabilidad: la de liderar una transformación social presente y futuro para el cambio político y el poder de transformación. Los jóvenes marcan el camino hacia un mundo más sostenible, y están trabajando arduamente para promover sociedades más conectadas. Veamos a los jóvenes como la posibilidad de avanzar, de crear y mejorar. Porque la juventud es el periodo de lo posible.

Somos la generación que creció sin conocer el miedo, un recurso humano importante dentro de la sociedad, que actúa como agente de cambio social, desarrollo y progreso. Salir del nido, acabar los estudios, encontrar trabajo, independizarse y convertirnos en esa persona que traspase la línea cada vez más delgada entre juventud y madurez, nunca había sido tan difícil.

Como jóvenes tenemos el reto de luchar por lograr que vivamos en un mundo justo. El machismo, la violencia de género, impulsar la inclusión laboral e igualdad de las personas así como el pleno desarrollo, son algunos de los desafíos pendientes en Morelos. Por lo anterior, desde nuestros espacios de acción, estudio o trabajo luchamos y sumamos a la búsqueda definitiva de sociedades de derechos para todos.

La gente joven es creativa, entusiasta y dinámica. Cuando se trata de hacer frente a los problemas relacionados con la paz y el desarrollo, la imaginación de los jóvenes aporta infinitas soluciones innovadoras. Sin embargo, la creciente desigualdad y las escasas perspectivas de una mejora en el campo laboral pueden crear una generación perdida de jóvenes que han caído en el desencanto porque enfrentan limitaciones debido a su falta de experiencia, sus expectativas sobre las exigencias y capacitación para el desarrollo de habilidades.

Morelos necesita cultivar una comunidad de jóvenes líderes que reconocen que en el mundo de hoy es necesario que todos seamos agentes de cambio, personas comprometidas en la construcción de un mejor estado, para mostrar lo que están haciendo y que sus historias sean inspiración para otros. Existen problemas que pueden parecer insalvables, como la falta de agua limpia y de una educación de calidad o las amenazas de violencia. Sin embargo, son los jóvenes quienes están buscando nuevas formas de hacer de sus comunidades lugares más seguros, más limpios y más sanos, logrando una repercusión positiva. Inspirar un cambio en medio de la discriminación, la violencia o exclusión y la resistencia es un desafío que evidencia la necesidad de formular medidas y políticas que los amparen y aborden las problemáticas que enfrentan en la vida cotidiana. Impulsemos un cambio interno y el desarrollo de aptitudes para promover la armonía en las comunidades de nuestro estado.

Es importante saber qué piensan, cómo están viviendo la crisis, qué esperan, qué piden y a qué están dispuestos. Se necesita contar con el apoyo de organizaciones, empresas y gobiernos que pongan en marcha este tipo de experiencias en las que los jóvenes participantes demuestren su capacidad y necesidad de asumir una responsabilidad: la de liderar una transformación social presente y futuro para el cambio político y el poder de transformación. Los jóvenes marcan el camino hacia un mundo más sostenible, y están trabajando arduamente para promover sociedades más conectadas. Veamos a los jóvenes como la posibilidad de avanzar, de crear y mejorar. Porque la juventud es el periodo de lo posible.