/ martes 27 de febrero de 2024

España y México: omisión en casos de violencia de género

Por Mayela Ruiz Madrazo

Como activista defensora de los derechos humanos, mujeres niñas y niños y como propia víctima de violencia, siempre he manifestado que no sirven de nada las capacitaciones a los servidores públicos que no tienen ningún tipo de empatía con las víctimas, porque por más que inviertas en ellos son recursos humanos, financieros y económicos desperdiciados.

Así como también es tiempo, dinero y esfuerzo tirado a la basura con las conferencias, pláticas y talleres que se les da a las mujeres víctimas de violencia; lo que menos necesitamos son pláticas y conferencias inútiles. Una mujer víctima de violencia realmente lo que necesita es una verdadera tutela judicial efectiva para salvaguardar su vida e integridad, física, moral, económica, así como la de sus menores hijos.

Las autoridades dejan a los hijos de la mujer violentada de lado sin tomarlos en consideración como víctimas indirectas del maltrato que recibe la mujer y que, desde luego, en la mayoría de las ocasiones los agresores también actúan violentamente contra los hijos y que por venganza hacia la mujer terminan asesinando a sus hijos y como consecuencia de ello la mujer victima de violencia asesina a su agresor.

Desde luego, la parte emocional es imprescindible, para poder llevar una vida mas o menos estable y no traumatizada, se necesita que la victima de violencia sea tratada con respeto y no con lástima, que se le haga entender de manera profesional que se encuentra inmersa en un ciclo de violencia y se le empodere con respaldo judicial que le haga sentir segura y, no más insegura y revictimizada por las autoridades, lo que ocasiona que se arrepientan de haber denunciado a su agresor y pretender salir de la vida de violencia en el que viven.

Pero no, si bien va, las autoridades envían a tomar terapias “grupales” pero en realidad no son terapias, sino que servimos únicamente como conejillos de indias para que otros profesionales realicen su tesis y sirva para un proyecto piloto o para justificar un presupuesto etiquetado por el gobierno para decir que se actúa para erradicar la violencia de género contra las mujeres.

Sin embargo, puedo decirles con conocimiento de causa que no existe ningún verdadero apoyo psicológico para neutralizar los traumas que una mujer ha vivido al ser víctima de violencia ante cualquier tipo y modalidad existente, inclusive, los jueces ni siquiera se pronuncian al respecto y dejan totalmente de lado la salud mental de las víctimas, y lo que es peor aún, no toman en mínima consideración la violencia psicológica que vive la mujer y sus hijos por parte de su agresor, argumentando que si no tienen pruebas, simplemente no procede la denuncia y ni siquiera llega a juicio, cuando es la autoridad quien tiene la obligación de realizar los peritajes en psicología criminal y psiquiatría forense.

Nosotras las mujeres somos quienes nos partimos la madre para ver de qué manera salimos del abismo oscuro y tenebroso en el que nos encontramos. Cuando llegamos a recibir la ayuda medica especializada ( que en muchas ocasiones los gastos son cubiertos por nosotras) se nos atiborra de antidepresivos, ansiolíticos, la presión se nos eleva hasta las nubes, y el gasto es constante y progresivo en médicos, medicamentos, psicólogos, terapias alternativas, y quien sabe cuantas cosas más habidas y por haber.

Y aquí es donde entra mi historia personal; pues resulta que para un juez español le tuve que exigir por escrito las terapias psicológicas de mis hijos y obvio la mía también, pero vaya escandalo que tuve que hacer para que el juez se pronunciará al respecto; se tardo como seis meses en hacerlo y cuando lo hace, lo hace fatal, porque solo se pronuncia respecto a un solo niño y no a los dos, cuando ellos fueron testigos cuando mi ex marido me saco a rastras de la casa y yo no me podía zafar, y uno de ellos agarro un palo y se lo rompió en la espalda al progenitor mientras le gritaban que me soltara, ah, pero ninguno de los vecino ayudo en nada, al contrario solo se limitaron a grabar la escena en sus teléfonos y nadie llamo a la policía ni porque escuchaban que les gritaba a mis hijos que ellos llamaran a la policía. Sin embargo, los pobres estaban paralizados. obvio que yo, al ver el rostro de pánico de mis hijos agarré y mordí al tipo, porque era la única manera de zafarme y corrí hacia la casa para llamar a la policía. Pues ¿qué creen? La policía me llamo la atención que no tenia que no lo tenia que haber mordido, que no tenia que haber hecho absolutamente nada, porque la legitima defensa no existe y claro, la que terminó yendo a juicio fui yo, por lesiones leves al haberlo mordido y como yo no me deje golpear, pues no había evidencias de que el me agrediera, aun habiendo testificado mis hijos de 10 y 12 años ante el juez. Cabe destacar que el apoyo de las embajadas o consulados es para otro día, porque no es competencia de estos y te dejan a la deriva y sin protección alguna en otro país.

En resumen, mis hijos no recibieron apoyo psicológico porque el juez o el ministerio público lo hubiese solicitado por el interés superior del menor, y claro, yo tampoco recibí ningún apoyo psicológico. Estos hechos ocurrieron en marzo del año 2021 en España y pese haber solicitado terapias psicológicas al juez número dos de violencia contra a mujer, pues apenas hace 4 semanas que me llamaron para entrar a un grupo de apoyo psicológico con otras mujeres maltratadas, pero porque yo fui y lo solicité con la copia que había presentado al juez, no porque el juez hubiese enviado algún requerimiento. Bueno, y tanto desmadre hice para que al final haya sido un fiasco, porque, no es una terapia psicológica sino unas pláticas referentes a los mitos del amor romántico. Desde luego, que esta platica no sirve de nada para empoderar a una mujer maltratada ni mucho menos, y cortar de raíz o bloquear los miedos, la ansiedad, la sumisión con el agresor, etc. Pero, por una parte, me ha servido porque ahora tengo un nuevo grupo de amigas que pasamos un buen rato compartiendo experiencias en el que reforzamos entre todas ese apoyo emocional que tanto nos hace falta y por otra parte, para confirmar lo que siempre digo, que las autoridades son omisas y negligentes.

Es por ello, que las mujeres prefieren no denunciar la violencia en la que se encuentran inmersas, y sí, muchas veces se nos ha pasado por la cabeza el suicidio, es por ello, que comprendo perfectamente cuando sale en las noticias que la madre mato a sus hijos y después se suicidio, porque de verdad, ni la sociedad y mucho menos las autoridades saben por el calvario y la tortura psicológica que ocasionan ante su negligencia, ineptitud, incompetencia y mediocridad por eso, las autoridades son las responsables del incremento de suicidios y feminicidios al ser perpetradores de la impunidad ante la violencia en contra de las mujeres.

La verdad es fría y bastante lamentable, ya que las autoridades continúan sin hacer absolutamente nada al respecto, únicamente somos números, estadísticas para el ingreso de presupuesto etiquetado para la prevención, sanción y erradicación de la violencia de género, porque si realmente trabajaran en ello y no simularan muchas instituciones creadas para tales efectos tendrían que desaparecer y al hacerlo, al gobierno y otras entidades públicas o privadas se les acabaría el negocio.

¡Ya basta de simular con proyectos, programas y nuevas áreas y dependencias de gobierno para el supuesto estudio para generar la prevención del delito!, ¡Ya basta de simular gastos y pedir nuevos presupuestos para un trabajo simulado y falso en la defensa de los derechos humanos, de la protección a activistas sociales, periodistas y toda aquella persona que es luchadora y defensora de los derechos humanos y busca justicia!.

Concluyo recordando una frase de Platón: “No hay peor injusticia, que la justicia simulada”.


Por Mayela Ruiz Madrazo

Como activista defensora de los derechos humanos, mujeres niñas y niños y como propia víctima de violencia, siempre he manifestado que no sirven de nada las capacitaciones a los servidores públicos que no tienen ningún tipo de empatía con las víctimas, porque por más que inviertas en ellos son recursos humanos, financieros y económicos desperdiciados.

Así como también es tiempo, dinero y esfuerzo tirado a la basura con las conferencias, pláticas y talleres que se les da a las mujeres víctimas de violencia; lo que menos necesitamos son pláticas y conferencias inútiles. Una mujer víctima de violencia realmente lo que necesita es una verdadera tutela judicial efectiva para salvaguardar su vida e integridad, física, moral, económica, así como la de sus menores hijos.

Las autoridades dejan a los hijos de la mujer violentada de lado sin tomarlos en consideración como víctimas indirectas del maltrato que recibe la mujer y que, desde luego, en la mayoría de las ocasiones los agresores también actúan violentamente contra los hijos y que por venganza hacia la mujer terminan asesinando a sus hijos y como consecuencia de ello la mujer victima de violencia asesina a su agresor.

Desde luego, la parte emocional es imprescindible, para poder llevar una vida mas o menos estable y no traumatizada, se necesita que la victima de violencia sea tratada con respeto y no con lástima, que se le haga entender de manera profesional que se encuentra inmersa en un ciclo de violencia y se le empodere con respaldo judicial que le haga sentir segura y, no más insegura y revictimizada por las autoridades, lo que ocasiona que se arrepientan de haber denunciado a su agresor y pretender salir de la vida de violencia en el que viven.

Pero no, si bien va, las autoridades envían a tomar terapias “grupales” pero en realidad no son terapias, sino que servimos únicamente como conejillos de indias para que otros profesionales realicen su tesis y sirva para un proyecto piloto o para justificar un presupuesto etiquetado por el gobierno para decir que se actúa para erradicar la violencia de género contra las mujeres.

Sin embargo, puedo decirles con conocimiento de causa que no existe ningún verdadero apoyo psicológico para neutralizar los traumas que una mujer ha vivido al ser víctima de violencia ante cualquier tipo y modalidad existente, inclusive, los jueces ni siquiera se pronuncian al respecto y dejan totalmente de lado la salud mental de las víctimas, y lo que es peor aún, no toman en mínima consideración la violencia psicológica que vive la mujer y sus hijos por parte de su agresor, argumentando que si no tienen pruebas, simplemente no procede la denuncia y ni siquiera llega a juicio, cuando es la autoridad quien tiene la obligación de realizar los peritajes en psicología criminal y psiquiatría forense.

Nosotras las mujeres somos quienes nos partimos la madre para ver de qué manera salimos del abismo oscuro y tenebroso en el que nos encontramos. Cuando llegamos a recibir la ayuda medica especializada ( que en muchas ocasiones los gastos son cubiertos por nosotras) se nos atiborra de antidepresivos, ansiolíticos, la presión se nos eleva hasta las nubes, y el gasto es constante y progresivo en médicos, medicamentos, psicólogos, terapias alternativas, y quien sabe cuantas cosas más habidas y por haber.

Y aquí es donde entra mi historia personal; pues resulta que para un juez español le tuve que exigir por escrito las terapias psicológicas de mis hijos y obvio la mía también, pero vaya escandalo que tuve que hacer para que el juez se pronunciará al respecto; se tardo como seis meses en hacerlo y cuando lo hace, lo hace fatal, porque solo se pronuncia respecto a un solo niño y no a los dos, cuando ellos fueron testigos cuando mi ex marido me saco a rastras de la casa y yo no me podía zafar, y uno de ellos agarro un palo y se lo rompió en la espalda al progenitor mientras le gritaban que me soltara, ah, pero ninguno de los vecino ayudo en nada, al contrario solo se limitaron a grabar la escena en sus teléfonos y nadie llamo a la policía ni porque escuchaban que les gritaba a mis hijos que ellos llamaran a la policía. Sin embargo, los pobres estaban paralizados. obvio que yo, al ver el rostro de pánico de mis hijos agarré y mordí al tipo, porque era la única manera de zafarme y corrí hacia la casa para llamar a la policía. Pues ¿qué creen? La policía me llamo la atención que no tenia que no lo tenia que haber mordido, que no tenia que haber hecho absolutamente nada, porque la legitima defensa no existe y claro, la que terminó yendo a juicio fui yo, por lesiones leves al haberlo mordido y como yo no me deje golpear, pues no había evidencias de que el me agrediera, aun habiendo testificado mis hijos de 10 y 12 años ante el juez. Cabe destacar que el apoyo de las embajadas o consulados es para otro día, porque no es competencia de estos y te dejan a la deriva y sin protección alguna en otro país.

En resumen, mis hijos no recibieron apoyo psicológico porque el juez o el ministerio público lo hubiese solicitado por el interés superior del menor, y claro, yo tampoco recibí ningún apoyo psicológico. Estos hechos ocurrieron en marzo del año 2021 en España y pese haber solicitado terapias psicológicas al juez número dos de violencia contra a mujer, pues apenas hace 4 semanas que me llamaron para entrar a un grupo de apoyo psicológico con otras mujeres maltratadas, pero porque yo fui y lo solicité con la copia que había presentado al juez, no porque el juez hubiese enviado algún requerimiento. Bueno, y tanto desmadre hice para que al final haya sido un fiasco, porque, no es una terapia psicológica sino unas pláticas referentes a los mitos del amor romántico. Desde luego, que esta platica no sirve de nada para empoderar a una mujer maltratada ni mucho menos, y cortar de raíz o bloquear los miedos, la ansiedad, la sumisión con el agresor, etc. Pero, por una parte, me ha servido porque ahora tengo un nuevo grupo de amigas que pasamos un buen rato compartiendo experiencias en el que reforzamos entre todas ese apoyo emocional que tanto nos hace falta y por otra parte, para confirmar lo que siempre digo, que las autoridades son omisas y negligentes.

Es por ello, que las mujeres prefieren no denunciar la violencia en la que se encuentran inmersas, y sí, muchas veces se nos ha pasado por la cabeza el suicidio, es por ello, que comprendo perfectamente cuando sale en las noticias que la madre mato a sus hijos y después se suicidio, porque de verdad, ni la sociedad y mucho menos las autoridades saben por el calvario y la tortura psicológica que ocasionan ante su negligencia, ineptitud, incompetencia y mediocridad por eso, las autoridades son las responsables del incremento de suicidios y feminicidios al ser perpetradores de la impunidad ante la violencia en contra de las mujeres.

La verdad es fría y bastante lamentable, ya que las autoridades continúan sin hacer absolutamente nada al respecto, únicamente somos números, estadísticas para el ingreso de presupuesto etiquetado para la prevención, sanción y erradicación de la violencia de género, porque si realmente trabajaran en ello y no simularan muchas instituciones creadas para tales efectos tendrían que desaparecer y al hacerlo, al gobierno y otras entidades públicas o privadas se les acabaría el negocio.

¡Ya basta de simular con proyectos, programas y nuevas áreas y dependencias de gobierno para el supuesto estudio para generar la prevención del delito!, ¡Ya basta de simular gastos y pedir nuevos presupuestos para un trabajo simulado y falso en la defensa de los derechos humanos, de la protección a activistas sociales, periodistas y toda aquella persona que es luchadora y defensora de los derechos humanos y busca justicia!.

Concluyo recordando una frase de Platón: “No hay peor injusticia, que la justicia simulada”.