Acostumbrados a las mentiras y engaños de los gobiernos anteriores, no se acaba de asimilar que Andrés Manuel no oculta información, ni engaña a nadie.
Gobernar todos los días, hacerlo con transparencia, y con la verdad tiene abrumados a la mayoría de los medios de comunicación en general, acostumbrados al "chayote”, a las verdades a medias y a las mentiras completas.
La verdad del improvisado operativo contra Ovidio, está a la vista y al alcance de todos. Quienes están inconformes carecen de razón. Quienes hubieran querido ver en el “Culiacanazo” que mandara por el resto del sexenio a Andrés Manuel a crear su propio viacrucis están frustrados. Quienes querían sangre. Quienes querían muertos, quienes querían que Andrés Manuel tuviera un sexenio de agobio están frustrados.
De estas reflexiones sometemos a la consideración de nuestros distinguidos lectores las siguientes conclusiones:
Primera: Andrés Manuel reconoce el error de su gobierno.
Segunda: Acepta su responsabilidad.
Tercera: El balance beneficia a quienes no murieron en Culiacán.
Cuarta: El evento permite un autoanálisis para subsanar los errores.
Quinta: Hubiera sido irreparable para quienes en Culiacán hoy estuvieran muertos y lamentándose las pérdidas humanas.
Sexta: Prevaleció la vida de muchos sobre la aprehensión de Ovidio.
Séptima: La lección servirá para mejorar la forma de gobernar.
Octava: Si Durazo se va o se queda es decisión de Andrés Manuel.
Novena: Lo que Andrés Manuel diga, haga y cómo gobierne, desde nuestra perspectiva es y será en beneficio de todos los mexicanos.
Décima: No estar acostumbrados quienes ejercemos el oficio de escribir en medios de comunicación, reporteros gráficos, el manejo de redes sociales, los eventos que se comunican en Twitter, en WhatsApp, en Instagram y todo lo que se parece, tiene hoy anonadada a la opinión pública en México, porque si bien es cierto que el evento fue el 17 de octubre, hoy a dos semanas, muchos sobre todo periodistas y reporteros, siguen sin asimilar que por primera vez hay un ejercicio pleno, no diríamos que el libertinaje sino una libertad completa para conocer y asomarse a los hechos tal como ocurrieron. Es destacable que el general Crescencio haya hecho esta cronología pormenorizada de los problemas de Culiacán, que los califico así porque no llegaron a tragedia, desgraciadamente hubo varios muertos, incluso un miembro del ejército perdió una pierna, pero aún así pudo haber sido gravísimo, no tanto para Andrés Manuel sino para quienes han participado y sobre todo para los mexicanos que seguimos teniendo fe en la forma de gobernar de Andrés Manuel.
Es importante subrayar que es tiempo ya de que nos acostumbremos a que el país se gobierna a la luz del día. Que la democracia está siendo una realidad al cien por ciento. Que ya no hay acuerdos “en lo oscurito”. Que el país está siendo objeto de la Cuarta Transformación con hechos reales.
Si bien hay por ahí personajes encumbrados que desde ahora creen que esto podría canalizarse para el año 2024, para satisfacer sus aspiraciones presidenciales. Seguramente que Andrés Manuel los tiene detectados, sabe quiénes son los que ocupan puestos de alto nivel y que en realidad su único objetivo es tratar de llegar a través del partido Morena o de otros medios a ser candidatos a la presidencia de México. A ellos les décimos no coman ansias. Las cosas se pondrán en su lugar y seguramente en un futuro no lejano podremos hablar anecdóticamente del problema de Culiacán y no como la mancha del gobierno de Andrés Manuel.
Director de la Programación Digital de la Revista de Derecho Familiar “Pater Familias” de la UNAM. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com