/ martes 18 de mayo de 2021

Cuauh vs. CDHEM, la precuela

“Cada una de las amenazas que recibí se están cumpliendo”, dice el presidente de la Comisión de los Derechos Humanos del estado, quien identifica, con bastante razón una profunda crisis en materia de garantías individuales y justicia en la entidad que gobierna Cuauhtémoc Blanco Bravo y en que los índices de impunidad por delitos graves siguen siendo superiores al 97%.

Sería muy injusto un comparativo entre los presidentes de la comisión de derechos humanos, desde su fundación hace décadas hasta ahora; pero es bastante cierto que si hay un ombudsman que ha resultado incómodo al gobernador con quien le ha tocado convivir, es Israel Hernández Cruz.

No ha sido difícil considerando que el titular de la CDHEM ha trabajado con un perfil mediático un poco mayor que sus antecesores, pero más porque el Ejecutivo arrastra un déficit importante en materia de derechos humanos que se agrava por el escaso compromiso que se ha notado del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, con las garantías individuales de los morelenses. En efecto, el de los derechos humanos no es un tema prioritario en la administración actual, se ha notado en la situación de constante violencia en los penales, en los albergues del DIF; pero también en las calles, donde los ciudadanos siguen siendo víctimas constantes de delitos sin que la autoridad sea capaz de brindar la seguridad indispensable.

El lío entre el equipo del gobernador y el presidente de la CDHEM tiene historia. Hernández Cruz fue nombrado en el cargo en el 2019 por la anterior legislatura del Congreso del Estado, igual de ignominiosa que la actual. Para entonces llevaba casi tres años de notario público, patente que obtuvo después de haber fungido como director jurídico de la Secretaría de Gobierno con Jorge Messenger en el sexenio de Graco Ramírez. Difìcilmente podría decirse que era “gente de Graco” pues Hernández Cruz trabajaba desde el sexenio de Marco Adame en el mismo despacho. En corto, Jorge Messenger ha dicho que decidió mantenerlo en la oficina por su capacidad y hablar de derechos humanos con Hernández Cruz es una evidencia.

Lo cierto es que la forma de hacer los nombramientos de la anterior legislatura no fue la más elegante, y en el paquete estaba el de la CDHEM lo que le acarreó críticas enormes que lo vinculaban, de forma inexacta, con el entonces gobernador saliente, Graco Ramírez, una especie de beso del diablo. Blanco y su equipo, que en todas esas se trepaban con una facilidad enfermiza, prometieron entonces la derogación de todos esos nombramientos cuando llegara al poder.

De ahí vendría un enfrentamiento constante, los señalamientos de la CDHEM sobre las omisiones en materia de derechos humanos del gobierno de Cuauhtémoc Blanco, algunas de ellas como la falta de garantías para la seguridad pùblica anteriores a su administración, fueron motivo de choque entre el gobierno estatal y la comisión. Todas las acusaciones del gobierno del estado y sus corifeos sobre el ombudsman, sin embargo, iban en el sentido de la presunta asociación con Graco Ramírez lo que deriva, para algunos, en que necesariamente es corrupto; con ello se evita hablar de lo que más importa a todos. El déficit de derechos humanos en el estado.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

“Cada una de las amenazas que recibí se están cumpliendo”, dice el presidente de la Comisión de los Derechos Humanos del estado, quien identifica, con bastante razón una profunda crisis en materia de garantías individuales y justicia en la entidad que gobierna Cuauhtémoc Blanco Bravo y en que los índices de impunidad por delitos graves siguen siendo superiores al 97%.

Sería muy injusto un comparativo entre los presidentes de la comisión de derechos humanos, desde su fundación hace décadas hasta ahora; pero es bastante cierto que si hay un ombudsman que ha resultado incómodo al gobernador con quien le ha tocado convivir, es Israel Hernández Cruz.

No ha sido difícil considerando que el titular de la CDHEM ha trabajado con un perfil mediático un poco mayor que sus antecesores, pero más porque el Ejecutivo arrastra un déficit importante en materia de derechos humanos que se agrava por el escaso compromiso que se ha notado del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, con las garantías individuales de los morelenses. En efecto, el de los derechos humanos no es un tema prioritario en la administración actual, se ha notado en la situación de constante violencia en los penales, en los albergues del DIF; pero también en las calles, donde los ciudadanos siguen siendo víctimas constantes de delitos sin que la autoridad sea capaz de brindar la seguridad indispensable.

El lío entre el equipo del gobernador y el presidente de la CDHEM tiene historia. Hernández Cruz fue nombrado en el cargo en el 2019 por la anterior legislatura del Congreso del Estado, igual de ignominiosa que la actual. Para entonces llevaba casi tres años de notario público, patente que obtuvo después de haber fungido como director jurídico de la Secretaría de Gobierno con Jorge Messenger en el sexenio de Graco Ramírez. Difìcilmente podría decirse que era “gente de Graco” pues Hernández Cruz trabajaba desde el sexenio de Marco Adame en el mismo despacho. En corto, Jorge Messenger ha dicho que decidió mantenerlo en la oficina por su capacidad y hablar de derechos humanos con Hernández Cruz es una evidencia.

Lo cierto es que la forma de hacer los nombramientos de la anterior legislatura no fue la más elegante, y en el paquete estaba el de la CDHEM lo que le acarreó críticas enormes que lo vinculaban, de forma inexacta, con el entonces gobernador saliente, Graco Ramírez, una especie de beso del diablo. Blanco y su equipo, que en todas esas se trepaban con una facilidad enfermiza, prometieron entonces la derogación de todos esos nombramientos cuando llegara al poder.

De ahí vendría un enfrentamiento constante, los señalamientos de la CDHEM sobre las omisiones en materia de derechos humanos del gobierno de Cuauhtémoc Blanco, algunas de ellas como la falta de garantías para la seguridad pùblica anteriores a su administración, fueron motivo de choque entre el gobierno estatal y la comisión. Todas las acusaciones del gobierno del estado y sus corifeos sobre el ombudsman, sin embargo, iban en el sentido de la presunta asociación con Graco Ramírez lo que deriva, para algunos, en que necesariamente es corrupto; con ello se evita hablar de lo que más importa a todos. El déficit de derechos humanos en el estado.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx