/ miércoles 8 de julio de 2020

Covid-19 y Sismo-17

El anuncio de la Hacienda estatal sobre un boquete de 1,500 mdp en las finanzas públicas derivado de la crisis por la pandemia de Covid-19, es un acercamiento muy optimista si se considera el freno a recursos federales por otros 1,200 mdp del que advierte el delegado de los programas federales, Hugo Eric Flores Cervantes. En términos más o menos reales, las finanzas del gobierno del estado tendrían un faltante de unos 2,500 mdp para el final del año y si a ello sumamos las pérdidas por casi 3,000 millones reportadas por diversos sectores productivos como el comercio, los hoteles y los restaurantes, el virus habrá sido más dañino en Morelos que el sismo del 2017 a cuyo epicentro alojó involuntariamente.

Hace muchas semanas que el Covid-19 superó el número de vidas cobradas por el sismo del 2017. Hasta el 8 de julio, el virus había provocado el deceso de 732 morelenses, casi 10 veces más que las que ocasionó el terremoto que fue considerado una de las mayores catástrofes en la historia reciente de Morelos. Agravante adicional para la crisis del Covid-19, es que se trata de un asunto global, por lo que contar con ayuda del exterior, sea la comunidad internacional o el gobierno federal, es mucho más complicado de lo que fue obtener apoyos -aunque sea parciales- para enfrentar los efectos que el sismo tuvo en la salud y la economía de Morelos.

El sismo dañó 23 mil inmuebles, el Covid-19 ha provocado la quiebra de mucho más de 10 mil negocios y la pérdida de empleos, formales e informales, se cuenta también por miles, faltando aún la contabilización del segundo trimestre, período en que la cuarentena provocó el mayor daño económico hasta ahora.

Por subordinación o cooptación, pero tendría que reconocerse la coordinación entre el gobierno del estado, los municipios, y el gobierno federal, durante el sismo como mucho más consistente de las que se evidencian hoy en entre los niveles de gobierno. Entonces, el gobierno actuó en paralelo de la sociedad civil y, con todo el enorme y muy probablemente justificado desgaste de la figura de Graco Ramírez, se mostró parcialmente funcional y pudo dar una colección de respuestas coordinadas que lograron reducir los efectos negativos que provocó el sismo.

Cierto que el sismo duró unos segundos solamente, pero sus efectos se siguen sintiendo aún en muchas zonas de Morelos porque la recuperación fue incompleta. Comparar el sismo con la pandemia sería un sinsentido dada la longitud de ambas catástrofes; sin embargo, parece justo recordar las acciones de dos administraciones que fueron sorprendidas por tragedias terribles y la forma en que unas y otras autoridades locales lograron coordinarse para enfrentarlas.

En términos generales, ambas intervenciones fueron ineficientes e insuficientes, pero hoy pareciera que la gestión gubernamental frente al sismo fue muy superior en términos de coordinación entre las autoridades. No se trata de simpatías, sino de hechos. Aún con un período de emergencia mucho más largo que permitiría organizar un trabajo conjunto de largo alcance, hoy los gobiernos quedan debiendo. Ni un pacto lograron.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

El anuncio de la Hacienda estatal sobre un boquete de 1,500 mdp en las finanzas públicas derivado de la crisis por la pandemia de Covid-19, es un acercamiento muy optimista si se considera el freno a recursos federales por otros 1,200 mdp del que advierte el delegado de los programas federales, Hugo Eric Flores Cervantes. En términos más o menos reales, las finanzas del gobierno del estado tendrían un faltante de unos 2,500 mdp para el final del año y si a ello sumamos las pérdidas por casi 3,000 millones reportadas por diversos sectores productivos como el comercio, los hoteles y los restaurantes, el virus habrá sido más dañino en Morelos que el sismo del 2017 a cuyo epicentro alojó involuntariamente.

Hace muchas semanas que el Covid-19 superó el número de vidas cobradas por el sismo del 2017. Hasta el 8 de julio, el virus había provocado el deceso de 732 morelenses, casi 10 veces más que las que ocasionó el terremoto que fue considerado una de las mayores catástrofes en la historia reciente de Morelos. Agravante adicional para la crisis del Covid-19, es que se trata de un asunto global, por lo que contar con ayuda del exterior, sea la comunidad internacional o el gobierno federal, es mucho más complicado de lo que fue obtener apoyos -aunque sea parciales- para enfrentar los efectos que el sismo tuvo en la salud y la economía de Morelos.

El sismo dañó 23 mil inmuebles, el Covid-19 ha provocado la quiebra de mucho más de 10 mil negocios y la pérdida de empleos, formales e informales, se cuenta también por miles, faltando aún la contabilización del segundo trimestre, período en que la cuarentena provocó el mayor daño económico hasta ahora.

Por subordinación o cooptación, pero tendría que reconocerse la coordinación entre el gobierno del estado, los municipios, y el gobierno federal, durante el sismo como mucho más consistente de las que se evidencian hoy en entre los niveles de gobierno. Entonces, el gobierno actuó en paralelo de la sociedad civil y, con todo el enorme y muy probablemente justificado desgaste de la figura de Graco Ramírez, se mostró parcialmente funcional y pudo dar una colección de respuestas coordinadas que lograron reducir los efectos negativos que provocó el sismo.

Cierto que el sismo duró unos segundos solamente, pero sus efectos se siguen sintiendo aún en muchas zonas de Morelos porque la recuperación fue incompleta. Comparar el sismo con la pandemia sería un sinsentido dada la longitud de ambas catástrofes; sin embargo, parece justo recordar las acciones de dos administraciones que fueron sorprendidas por tragedias terribles y la forma en que unas y otras autoridades locales lograron coordinarse para enfrentarlas.

En términos generales, ambas intervenciones fueron ineficientes e insuficientes, pero hoy pareciera que la gestión gubernamental frente al sismo fue muy superior en términos de coordinación entre las autoridades. No se trata de simpatías, sino de hechos. Aún con un período de emergencia mucho más largo que permitiría organizar un trabajo conjunto de largo alcance, hoy los gobiernos quedan debiendo. Ni un pacto lograron.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx