/ domingo 28 de junio de 2020

Economía sin futbol...

A las proyecciones de caída del PIB por arriba del 10 por ciento nacional y en el caso de Morelos hasta un peligroso 15 por ciento para este año, tendría que sumarse ahora la partida del equipo Atlético Zacatepec que generaba un probablemente mediocre, pero a final de cuentas ingreso para la alicaída región sur del estado.

Más allá de lo pardójica que resulta la partida del equipo de futbol profesional de un estado gobernado, muy a su estilo, por un ex futbolista profesional que brindaba “apoyo moral”; tendríamos que plantearnos los efectos previsibles de que otro de los proyectos motores de desarrollo para el estado haya quedado cancelado, ahora por abandono.

Claro que la partida del Atlético Zacatepec tuvo poco qué ver con la pandemia; el equipo apenas llenó el estadio un par de veces mientras estuvo en Morelos, la colección de desastres que azotaron a Morelos los últimos tres años, la falta de desarrollo económico en la región y en general en el estado derivado de causas múltiples pero mayormente centradas en una agenda política poco atendida, la escasa identificación con la afición, provocaron que el equipo viera mucho más conveniente la alternativa de mudarse a otra plaza que la de seguir siendo el único proyecto concreto para el crecimiento económico del estado.

Partida la opción futbolera, a la que el gobierno quería apostar (incluso hubo alguna declaración reciente del gobernador en el sentido de tener un equipo de la liga MX en Morelos), convendría que el Ejecutivo evitara una desconcentración similar a la que tuvo con el desarrollo de la zona sur (cierto que la partida del equipo no es atribuible directamente al Ejecutivo, pero también lo es que las condiciones necesarias para el desarrollo económico de la región, que habrían podido sostener mejor al proyecto, sí dependían en gran medida de lo que el gobierno pudiera hacer para potenciar el crecimiento de negocios alternativos útiles para el desarrollo integral de la zona).

Porque por lo menos los otros tres proyectos que potenciarían el desarrollo de Morelos, termoeléctrica, autopista Siglo XXI, y minera en Tetlama, siguen en riesgo constante por las presiones políticas de grupos, y por la falta de acompañamiento del estado en la generación de condiciones que favorezcan y proyectos que acompañen la inversión, en el primer caso pública y los otros dos, privada, que podrían resultar en motores de empleo y crecimiento económico para la entidad.

Las cosas no pintan bien para Morelos, la pandemia ha profundizado -y aparentemente seguirá haciéndolo- una crisis que inició desde poco antes del sismo de 2017, y que se fue agravando con acciones y omisiones del gobierno estatal (tanto en la administración de Graco Ramírez, como en la de Cuauhtémoc Blanco). La imposibilidad aparente del gobierno estatal para facilitar la concreción de inversiones, la abundancia de grupos de interés que presionan para la no instalación de industrias, la apuesta gubernamental focalizada en exclusiva al turismo y la quiebra del 5% de las empresas en Morelos (cálculo conservador), obligan a una nueva estrategia económica.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

A las proyecciones de caída del PIB por arriba del 10 por ciento nacional y en el caso de Morelos hasta un peligroso 15 por ciento para este año, tendría que sumarse ahora la partida del equipo Atlético Zacatepec que generaba un probablemente mediocre, pero a final de cuentas ingreso para la alicaída región sur del estado.

Más allá de lo pardójica que resulta la partida del equipo de futbol profesional de un estado gobernado, muy a su estilo, por un ex futbolista profesional que brindaba “apoyo moral”; tendríamos que plantearnos los efectos previsibles de que otro de los proyectos motores de desarrollo para el estado haya quedado cancelado, ahora por abandono.

Claro que la partida del Atlético Zacatepec tuvo poco qué ver con la pandemia; el equipo apenas llenó el estadio un par de veces mientras estuvo en Morelos, la colección de desastres que azotaron a Morelos los últimos tres años, la falta de desarrollo económico en la región y en general en el estado derivado de causas múltiples pero mayormente centradas en una agenda política poco atendida, la escasa identificación con la afición, provocaron que el equipo viera mucho más conveniente la alternativa de mudarse a otra plaza que la de seguir siendo el único proyecto concreto para el crecimiento económico del estado.

Partida la opción futbolera, a la que el gobierno quería apostar (incluso hubo alguna declaración reciente del gobernador en el sentido de tener un equipo de la liga MX en Morelos), convendría que el Ejecutivo evitara una desconcentración similar a la que tuvo con el desarrollo de la zona sur (cierto que la partida del equipo no es atribuible directamente al Ejecutivo, pero también lo es que las condiciones necesarias para el desarrollo económico de la región, que habrían podido sostener mejor al proyecto, sí dependían en gran medida de lo que el gobierno pudiera hacer para potenciar el crecimiento de negocios alternativos útiles para el desarrollo integral de la zona).

Porque por lo menos los otros tres proyectos que potenciarían el desarrollo de Morelos, termoeléctrica, autopista Siglo XXI, y minera en Tetlama, siguen en riesgo constante por las presiones políticas de grupos, y por la falta de acompañamiento del estado en la generación de condiciones que favorezcan y proyectos que acompañen la inversión, en el primer caso pública y los otros dos, privada, que podrían resultar en motores de empleo y crecimiento económico para la entidad.

Las cosas no pintan bien para Morelos, la pandemia ha profundizado -y aparentemente seguirá haciéndolo- una crisis que inició desde poco antes del sismo de 2017, y que se fue agravando con acciones y omisiones del gobierno estatal (tanto en la administración de Graco Ramírez, como en la de Cuauhtémoc Blanco). La imposibilidad aparente del gobierno estatal para facilitar la concreción de inversiones, la abundancia de grupos de interés que presionan para la no instalación de industrias, la apuesta gubernamental focalizada en exclusiva al turismo y la quiebra del 5% de las empresas en Morelos (cálculo conservador), obligan a una nueva estrategia económica.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx